martes, 23 de febrero de 2016

Dar y recibir Feedback


Como profesional del coaching considero el feedback como una de las razones principales por las que tiene sentido que el coaching exista y tenga tanto  auge en el momento actual.

Según la Definición de significados de google:

“En un proceso de comunicación, como feedback se entiende toda respuesta o reacción relevante que el receptor envía al emisor de un mensaje, y que sirve a este último para:

1. Cerciorarse de que el mensaje cumplió su intención comunicativa, y
2. Para que el emisor pueda variar, reconfigurar o adaptar el mensaje al receptor según la respuesta que vaya obteniendo de este.”


“Dar y recibir feedback” es el título de uno de los Coloquios/Taller, de 2 horas de duración, que celebro habitualmente en la sede de CoachCreativo.

Durante este Coloquio lo que quiero hacer notar en primer lugar es el reconocimiento del feedback en la vida cotidiana y todo lo que gira alrededor de ello.

Así que cada vez que ponemos algo de nosotros en el mundo, comunicamos algo, la respuesta que recibimos es el feedback. Si lo que comunicamos y pretendemos lograr con lo que decimos se entiende, se comprende y se actúa en consecuencia estaríamos obteniendo del entorno feedback positivo.

Por el contrario si lo que comunicamos, decimos o proponemos, o bien no se entiende, o se actúa de otra forma, es decir, no obtenemos del mundo la respuesta que esperamos, entonces estamos obteniendo feedback negativo.

El feedback en muchas ocasiones se recibe como crítica y podemos llegar a tomárnoslo como algo personal, y muy menudo sufrir por ello.

El feedback como tal debería de funcionar como una herramienta de comunicación, aprendizaje y desarrollo. Si  lo estamos recibiendo mal o si estamos aportando feedback sin tener conciencia de ello, lo más probable es que pueda estar funcionando más bien como herramienta de inhibición del talento, o de descenso de motivación, o de frustración y/o alejamiento, etc….

En la realidad de la vida cotidiana podemos reconocer esto cuando, por ejemplo, en el trabajo estás durante varias horas realizando tu tarea y cuando el jefe la supervisa únicamente repara en el error, en lo que no está bien.

Si de continuo recibimos un feedback negativo, falta el reconocimiento de lo que hacemos bien, y es fácil que esto de lugar a la desmotivación. Si esto se repite a menudo finalmente no nos molestaremos en hacerlo bien, o haremos lo justo, puesto que de todas maneras no será reconocido.

El exceso de feedback negativo genera desmotivación, sensación de falta de reconocimiento, en ocasiones descenso de autoestima personal, etc.


En el aspecto Taller del Coloquio la propuesta es pensar en dos personas:
      

  1. Una de las cuáles te encanta trabajar con ella, aprender y estar a su lado en proyectos etc..
  2. Otra con la que no te gusta estar, te desagrada trabajar, etc…
  3. La reflexión es comprobar cómo ellas se comunican contigo, cuál es su manera de darte feedback, de devolverte información acerca de lo que tú haces en el mundo.

Desde este ejercicio y a través del contraste puedes descubrir cómo te gusta a ti recibir feedback.

Algo  importante que se desprende de este ejercicio es que cuando estamos implicados con otros en aprender, trabajar, convivir, etc. daremos lo mejor de nosotros mismos o no dependiendo mucho de cómo recibamos la respuesta externa de nuestro trabajo, de nuestro desempeño.

También de esto se desprende lo importante que es la manera en que nos dirigimos a los demás para ofrecerles feedback sobre lo que hacen y como les afecta.

“¿Cómo decirle al otro lo que quiero sin que se lo tome a mal y que además lo entienda y haga algo al respecto?”

“¿Cuándo el otro está haciendo algo bien se lo hago saber sinceramente, o la dejo pasar, como si fuera lo que tiene que ser?”

En el último coloquio que hicimos al respecto y en base a esta conversación surgieron numerosos ejemplos de diferentes ámbitos de la vida cotidiana: en el trabajo, la educación, la familia, los amigos… Y fueron relevantes los ejemplos en los que queriendo decir una cosa se entiende otra.


Emergió algo que es propio de la naturaleza humana y que muchas veces no tenemos en cuenta y es que cuando yo digo algo el otro lo interpretará desde su “modelo” del mundo. El cómo lo interpreta, el qué hace el otro con mi mensaje forma parte del feedback que recibo y es información, que podría ayudarme a dar lugar a una respuesta más adecuada.

Fue evidente durante el coloquio que el tema es mucho más amplio que una descripción teórica y que forma parte de la actividad cotidiana.

El no conocimiento o la  “no consciencia” al respecto es lo que da lugar  a confusiones, a que no nos entendamos, al sufrimiento  en las relaciones humanas y claramente a una falta de eficacia en los contextos donde la inter acción y el aprendizaje son imprescindibles.

La pregunta principal que emerge es “¿se puede aprender a ofrecer feedback de calidad?, ¿Se puede aprender a mejorar la interpretación de feedback que recibimos?”

A lo largo de la conversación fue quedando en evidencia que es responsabilidad de cada cual aprender más, comprobar que está ocurriendo en su entorno y tener una actitud de comprensión y ganas de proponer algo nuevo.

El Coaching y otras metodologías actuales, que se ocupan de lo humano, son una propuesta para aprender asuntos tan importantes como es el uso del feedback, que pueden cambiar significativamente la manera en que experimentas e interpretas la vida.


Próxima ecición del curso de iniación al Coaching
Una oportunidad de aprender y entrenar la esencia de la comunicación Coaching



1 comentario:

Unknown dijo...

Por la experiencia de participar en unos de estos talleres. Puedo decir que ha sido muy buena herramienta. Que aplico lo que aprendi en esa ponencia y me ayuda mucho en mi comunicacion. Gracias por convertir ese taller en un articulo